La supervisión remota se divide en dos partes: ahorro y mantenimiento de energía.

Primero encontramos ahorros energéticos que nos permiten alcanzar varios objetivos como: Reducir el consumo, Reducir costes (recordemos que estos no son los mismos porque reducir el consumo implica consumir menos, pero reducir costes implica más estrategias, por ejemplo utilizando la infraestructura de una manera diferente, utilizándola específicamente en diferentes momentos, recordemos que los horarios tienen grandes impactos en las tarifas porque varían a lo largo del día , por lo tanto, no es lo mismo consumir energía en una hora punta, que en un horario valle, que los precios se reducen, en resumen, el objetivo de esta variable se centra en consumir más inteligentemente.

Por otro lado, tenemos control sobre la ocupación que es el montaje de estrategias que tienen que ver con la infraestructura que no está en uso consumiendo lo menos posible o sólo lo que es necesario.

El control de la generación, esto es algo que ha crecido mucho con el tiempo y tiene que ver con la comprensión de que constantemente generamos energía para aplicarla de la mejor manera posible.

Por último, trabajar con una Estrategia Continua significa que el ahorro de energía depende de tener una estrategia y ejecutarla continuamente.

El segundo aspecto de la supervisión remota que es mantenimiento nos permite monitorear de forma remota los siguientes aspectos:

Gestión de inventario que nos da grandes ventajas a la hora de supervisar de forma remota.

Automatizar la detección de fallos, esto es esencial para poder predecir otros que pueden estar encadenados.

Determinar los tipos exactos de fallo nos permite entender las razones del fallo, por lo que podemos determinar qué tipo de reparación se va a hacer con mayor precisión.

Por último, programar o realizar mantenimiento preventivo